viernes, octubre 21, 2005

Chile

Son las cinco treinta de la madrugada, un día como cualquiera otro de la semana, el hombre se levanta de su cama, la que comparte con dos de sus hijos menores y su esposa, como tantos otros en similares condiciones, sale hacia fuera de la media agua(seudo-casa de madera, sin forros interiores sólo las tablas que van por el exterior son las que sirven como único abrigo, más el calor de los propios cuerpos y con medidas de seis metros por tres de ancho, normalmente en un solo ambiente) afuera normalmente la temperatura en invierno alcanza los cero grados y a las ocho de la mañana puede alcanzar hasta los menos tres grados, se dirige a una llave en el exterior, la que es compartida con sus vecinos del campamento, normalmente el agua se encuentra congelada y debe encender un papel de diario y aplicar el calor a las cañerías para derretir el hielo y lograr su circulación, acarrear el agua en un tiesto hasta la casa para lavarse por presas como denominan ellos, al seudo baño que se dan, para luego partir sin desayunar, por problemas de tiempo y desplazarse por una hora a hora y media hasta el lugar de trabajo.
Luego allí encienden una fogata calientan agua en un tacho(tarro conservero con un asa de alambre) y se toman un café o un té caliente normalmente acompañado de un pan solo, sin nada dentro, para iniciar la jornada.(continuará)

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